Enseguida se disponen a coser su ropa de primavera.
Con aguja, tijeras, alfileres y dedal: ya casi están listos.
Después van a mostrar a la Buena Madre Tierra lo que cada uno hizo con tanto esmero.
Ella uno tras otro, los mira y los repasa.
Les dice sonriendo: "Vestíos, deprisa".
Sibylle von Olfers.